Una ciudad de libros: recursos digitales al servicio de nuevas textualidades

17 de octubre de 2019

El desarrollo de nuevos dispositivos electrónicos de lectura no solo ha permitido la digitalización de libros publicados en papel, también ha favorecido la aparición de propuestas que experimentan con las posibilidades que brinda el entorno digital y los recursos hipermedia. Dentro de este campo, existen algunas iniciativas interesantes que buscan enriquecer publicaciones existentes con el objetivo de atraer nuevos públicos resignificando obras tradicionales.

Tal es el caso del cuento Una ciudad de libros, perteneciente a la colección Calleja interactivo. Se trata de una colección producida por el grupo de investigación Atlas de la UNED (en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Salamanca), con los grupos LEETHI, LOEP e ILSA (de la Universidad Complutense de Madrid) y el proyecto de investigación eLITE. Los cuentos enriquecidos pertenecen al volumen titulado Plaga de dragones, de la autora inglesa Edith Nesbit, traducido y publicado por la Editorial Calleja en 1923 dentro de su colección “Biblioteca enciclopédica de niños”.

Esta iniciativa tiene el objetivo de fomentar el interés por la lectura en las nuevas generaciones, acercándoles historias publicadas hace años enriquecidas con recursos actuales. Una ciudad de libros se trata, por lo tanto, de una edición digitalizada de un libro originalmente publicado en papel, con la particularidad de incorporar recursos propios de la textualidad digital.

Lo primero que llama la atención es que Una ciudad de libros  mantiene de manera fiel el diseño de un libro en papel. Tanto la portada como las páginas interiores se han digitalizado manteniendo sus características originales. Las páginas son de un tono marrón envejecido y transmiten la sensación de estar frente a un libro antiguo. En cuanto al contenido del cuento, este presenta una variedad de recursos que permiten interactuar en diferentes niveles. El lector encontrará enlaces que le ofrecen información ampliada sobre algunos de los datos o personajes mencionados, definiciones sobre el significado de algunas palabras y juegos o propuestas de actividades para realizar en familia. Se trata de recursos que no solo tienen una finalidad lúdica, sino que también persiguen un propósito educativo: acercar al público infantil la cultura de la época en que el cuento fue publicado y despertar su interés en personajes e historias que, si bien en un principio pueden resultar lejanas en el tiempo, permiten establecer conexiones con vivencias y tradiciones vigentes en la actualidad. Es interesante la utilización de estos recursos, especialmente si pensamos en niños en edad escolar. Se trata de un tipo de textualidad que permite que el proceso de aprendizaje sea más rico y que a la vez experimenta con un entorno que es familiar para los niños, como es el digital.

Iniciativas como la colección Calleja interactivo son especialmente interesantes si pensamos en el público infantil y juvenil, nativos digitales cuyos códigos se han forjado en un universo en el que el libro en papel ha perdido su hegemonía como dispositivo transmisor de cultura. En este contexto, en el cual el lector constituye itinerarios de lectura propios, los nuevos lenguajes hipermedia presentan un gran potencial, no solo para enriquecer productos ya existentes como es el caso de Calleja, sino que también abren la puerta a la creación de textualidades inéditas y novedosas, creadas específicamente para el medio digital. Sin dudas las posibilidades de explorar las relaciones entre texto, imagen y video son infinitas y las editoriales se enfrentan al desafío de idear productos novedosos y que aprovechen esas potencialidades.

 

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Autor / Autora
Graduada en Edición Digital por la UOC