por Aida Rodríguez y Lucía Ruano
¡Lo has conseguido! Has terminado tu trabajo de fin de grado, de fin de máster o tu tesis doctoral, y estás a punto de respirar con alivio. En los últimos meses —¡o incluso años!— has dedicado mucho tiempo y esfuerzo a tu investigación y casi puedes ver la luz al final del túnel. Ahora tan solo son necesarios unos pequeños retoques que, sin embargo, permitirán distinguir un buen trabajo de un trabajo sobresaliente: la corrección y la maquetación.
El rigor en la presentación es condición sine qua non en un trabajo académico. Un texto con errores gramaticales o una estructura caótica resultará difícil de entender, lo que terminará influyendo negativamente en tu tribunal. Te ofrecemos unos consejos clave para que tu proyecto sea impecable.
- Corrección de estilo
La corrección de estilo consiste en la revisión del texto para garantizar que el mensaje que quieres transmitir llegue sin trabas a tus lectores. No solo tienes que revisar los errores gramaticales y resolver las inconsistencias sintácticas, sino que deberías intentar darle una mayor fluidez a tus escritos: realiza un uso cuidado de conectores y oraciones subordinadas; elimina pleonasmos —vocablos innecesarios—, muletillas o imprecisiones; y aumenta la riqueza léxica de tu texto.